Art Surf Camp,
Es una certeza que el mar está siempre en cambio en constante. Nunca surfearás una misma ola dos veces. Puede que durante un baño remes varias parecidas, pero siempre va a haber algo que las haga diferentes.
Esto es precisamente uno de los encantos que hacen del surf un deporte fascinante: saber que cada ola que remas y que cada sensación que vives en la tabla es única e irrepetible.
Sin embargo, hay ocasiones en las que sí que desearías tener algún tipo de superpoder para controlar el mar y hacer que el oleaje sea como tú elijas. En especial cuando está totalmente dormido o cuando quieres repetir con unas condiciones idénticas esa maniobra que te ha salido tan bien.
En la escuela de surf en Coruña Art Surfcamp no podemos hacer magia, pero sí que tenemos algo muy parecido a surfear una ola que nunca cambia. Y es que, en nuestras instalaciones, contamos con una ola surfeable las 24 horas del día todos los días del año: la woodwave.
Tal como indica su nombre, esta rampa de surfskate es una ola de madera. Es decir, simula la curva de una ola y por lo tanto permite trasladar los movimientos del surf a tierra.
El surfskate nació años atrás cuando los surfistas buscaban una alternativa para practicar surf en asfalto durante esos días en los que no había olas. Más tarde, se ideó la estructura de la woodwave, que resultó ideal para mejorar la técnica ya que permite surfear todas las veces que quieras una misma ola.
La woodwave de nuestro surf camp es la más grande de España. Tiene 12 metros de largo por 6 metros de ancho. Gracias a ella, los campistas pueden practicar movimientos en el surfskate que luego pueden transferir y aplicar a la tabla de surf.
Las partes de la woodwave sirven para saber cómo posicionarte en la ola: los pesos, el tipo de presión que se tiene que hacer según donde estés, la colocación de los brazos, etc. Y lo mejor es que puedes repetirlo infinitas veces hasta que te canses.
Esta ola de madera es muy útil para los campistas que se están iniciando en el mundo del surf. Nuestros instructores les enseñan allí la posición base en la tabla y las tres líneas básicas que va describiendo un surfista encima de la ola.
Al mismo tiempo, también es de interés para los surfistas más experimentados ya que les permite practicar maniobras más complejas (como el cutback, el bottom turn, el reentry, etc.) que luego pueden trasladar al agua.
Las clases en la woodwave suelen ser por la tarde o por la mañana cuando no hay olas. En todas ellas hay un instructor que guía y que se asegura de que se utilice el equipo de seguridad obligatorio. Las sesiones son siempre en concordancia con el nivel de los alumnos.
También hay horarios de uso libre, como antes o después de comer. Sin duda, pero, la mejor hora para practicar es cuando el sol se hunde en el mar. Patinar con el atardecer de fondo transmite una calma mágica. Es realmente una auténtica experiencia de desconexión. Y, si tienes cerca un altavoz portátil con música, ya no puedes pedir nada más.
Los monitores son los encargados de supervisar los ratos libres. Si alguna vez pasas por ahí cerca, es muy probable que escuches frases como “¡bien, bien!, ¡buena, buena, buena!” o “¡muy buena, fluye!”. Aunque aún es mucho más probable verlos patinando cuando termina su horario de trabajo. Eso sí, solo en el caso de que no estén persiguiendo olas en el agua.
Al ser un tipo de rampa poco común en España suele ser muy atractiva para los campistas porque les da la posibilidad de practicar nuevas habilidades. Todo el mundo tiene muchas ganas de aprender, por lo que es un espacio donde se contagia el buenrollismo.
Además, si hay algo seguro que se repite en cada campamento de verano, es la progresión de los campistas. Siempre hay un cambio tremendo de cuando llegan a Razo al último día que abandonan el camp.
Desde el campamento de surf Art Surf Camp te animamos a que vengas a probar nuestra woodwave y que experimentes de primera mano las ventajas de surfear una ola de madera. ¡Ya verás que engancha tanto como el surf
