Art Surf Camp,
Apuntar a tus hijos a un campamento de surf es una decisión fantástica: les permite conectar con la naturaleza, hacer deporte, ganar autonomía y vivir una experiencia que probablemente recordarán toda su vida. Sin embargo, a veces los padres, con la mejor de las intenciones, cometen errores que pueden afectar esa experiencia. Desde llevar el equipaje inadecuado hasta generar expectativas poco realistas, hay algunos fallos comunes que es mejor tener en cuenta… y evitar.

En este post repasamos los errores más habituales de madres y padres al preparar a sus hijos para un campamento de surf y te damos consejos prácticos para que la experiencia sea un éxito de principio a fin.
1. Pensar que “surfear” es lo único importante
Uno de los errores más frecuentes es asumir que el surf camp se centra únicamente en aprender a surfear. Y aunque sí, el surf es la actividad estrella, un buen campamento ofrece mucho más: convivencia, juegos, excursiones, educación ambiental, trabajo en equipo… En resumen: una experiencia integral.

Consejo: Habla con tus hijos no solo sobre el surf, sino también sobre lo que implica vivir una semana fuera de casa, compartir habitación, hacer nuevas amistades y probar cosas nuevas. El surf es el gancho, pero la magia está en todo lo demás.
2. Sobrecargar la maleta (o quedarse cortos)
Este es un clásico. Algunos padres se vienen arriba y meten media casa en la maleta. Otros se quedan tan cortos que al segundo día ya falta ropa seca. En un surfcamp, lo importante es la ropa cómoda, funcional y adecuada al clima gallego, que puede ser variable incluso en verano.

Consejo: Revisa la lista de equipaje que suele facilitar el campamento y añade solo lo necesario. Ni más, ni menos. Incluye chanclas, bañadores de recambio, protector solar resistente al agua, una toalla grande para la playa y otra para la ducha, sudadera y chubasquero, por si el norte se pone nostálgico.
3. No preparar emocionalmente a los más pequeños
Algunos niños viven su primer campamento fuera de casa con entusiasmo. Otros, con nervios. Y a veces los adultos subestimamos lo importante que es prepararlos emocionalmente para lo que van a vivir. Si tu hijo nunca ha dormido fuera de casa o no ha hecho actividades sin ti, el cambio puede ser grande.

Consejo: Días antes, cuéntale cómo será el día a día en el campamento. Hablad de lo que va a hacer, de lo divertido que es compartir habitación, de la playa y el surf, de los monitores que están ahí para ayudarle. Transmítele seguridad y confianza, sin dramatizar. Y si hay miedo, que lo exprese. Es normal.
4. Interferir demasiado durante la estancia
En plena era digital, a veces queremos estar conectados todo el tiempo. Pero parte del valor de un campamento es precisamente que los niños vivan sin la supervisión constante de los adultos. Algunos padres quieren estar en contacto a diario, enviar mensajes, hacer videollamadas… y eso puede romper el proceso natural de adaptación y autonomía.

Consejo: Si el campamento establece un canal de comunicación (en nuestro caso, compartimos fotos y damos información diaria a las familias), respétalo. Evita llamadas constantes o enviar mensajes “por si acaso”. Tu hijo está en buenas manos y probablemente, mientras tú te preguntas si ya habrá desayunado, él está cogiendo una ola o haciendo una guerra de globos.
5. Forzar la experiencia (cuando el niño no quiere ir)
Este tema es delicado. Muchos padres quieren que sus hijos vivan la experiencia del campamento sí o sí… pero el niño no está por la labor. A veces por miedo, otras por timidez, o simplemente porque prefiere otro plan. Y aunque es bueno animarles a salir de la zona de confort, forzar puede ser contraproducente.

Consejo: Habladlo en casa con calma. Escucha sus motivos. ¿Tiene miedo al agua? ¿Es muy tímido? ¿Le agobia estar con muchos niños? Valóralo. En ocasiones, con una buena preparación previa, se supera. En otras, quizás no es el momento. Obligar puede generar rechazo, y lo ideal es que el campamento se asocie con una experiencia positiva desde el primer día.
6. No informar al campamento de necesidades especiales
Otro error es no compartir información relevante sobre el niño: alergias, medicación, miedos concretos, hábitos de sueño, problemas de convivencia anteriores… Estos datos son fundamentales para que el equipo pueda ofrecer una atención personalizada y garantizar su bienestar.

Consejo: Sé transparente. Cuanta más información tengamos, mejor podremos acompañar a tu hijo. En Artsurfcamp tratamos cada caso con discreción y profesionalidad. Lo importante es que el niño esté bien atendido y se sienta cómodo.
7. Dejar todo para el último momento
Inscripción, compra de material, revisión médica, organización de maleta… Algunos padres dejan todo para el final, lo que genera estrés innecesario justo antes de empezar. A veces incluso descubren que falta una prenda importante o que no han entregado toda la documentación.
Consejo: Organízate con tiempo. Haz una lista, revisa los mails del campamento, y si tienes dudas, pregunta. Así el día de salida será mucho más relajado para todos, especialmente para tu hijo.
Conclusión: el campamento empieza en casa
La experiencia de un campamento de surf no empieza cuando el niño pisa la playa. Empieza en casa, con la actitud de los padres, con la preparación emocional, con la maleta hecha con cariño. Y sigue con la confianza de que, durante esos días, tu hijo va a aprender, disfrutar y crecer de una forma única.
En Artsurfcamp llevamos años recibiendo a cientos de chicos y chicas cada verano, y sabemos que cada uno vive el campamento a su manera. Por eso, acompañar a las familias también forma parte de nuestra labor. Evitar estos errores es solo el primer paso para vivir una experiencia inolvidable.