Art Surf Camp,
Hoy en el blog del campamento de surf y escuela de surf en Coruña Art Surf camp os vamos a hablar del surf como terapia. Los trastornos mentales adquieren, cada vez más, un componente de epidemia social muy difícil de combatir. Ansiedad, estrés y depresión se han convertido en unos de los problemas más importantes de la sociedad actual y, quizás lo más significativo al respecto, es que estas nacen de nuestra propia forma de vida y de organización.
Exigencias desmedidas, incertidumbre económica, la expansión de una vida laboral que ya llega a casi todos los rincones de nuestra vida, o la exposición total de nuestra vida privada son algunos de los factores que llevan a muchas personas de todas las edades a sufrir algún tipo de trastorno psicológico.
Ante esto, claro, el surf no puede ser visto como la panacea. Generalmente el problema está en los principios más básicos de nuestra vida y nuestra sociedad. Sin embargo, un deporte como el surf sí puede ayudar a paliar, al menos en parte, las consecuencias de todo ello.
A continuación, te dejamos algunas de las razones por las que el surf puede funcionar como terapia frente a depresiones, estrés o depresión.
Actividad física
El deporte y el ejercicio físico, siempre en su justa medida, suponen una ayuda inestimable frente al malestar emocional y las enfermedades mentales. Ayudan a conciliar mejor el sueño, estimula la creación de endorfinas en nuestro organismo, reduce la sensación de cansancio y, también, ayuda a liberar la mente durante las horas que se practique.
El surf, por supuesto, no es menos que cualquier otro deporte en este caso, ya que conlleva un esfuerzo físico tremendo. Además, si después se combina con sesiones de estiramientos, pilates, o yoga, el surf se convierte en un ejercicio completísimo para cuerpo y mente.
Contacto con la naturaleza
El aire libre y la naturaleza tienen una capacidad relajante muy potente que, en el surf, se une al ejercicio físico para crear un ambiente perfecto para la relajación. Quizás, no hay mejor lugar para despejar la mente que el medio del mar, ya sea en un barco o sentado en una tabla esperando la siguiente ola.
Lo que ocurre es que el surf ofrece algo más allá, la integración de uno mismo con la naturaleza, la interacción con el mar. Concentrarse, observarlo, identificar la siguiente serie, disfrutar los pocos segundos que estás sobre la ola, bucear, remar, disfrutar del paisaje y volver a concentrarse. ¿Cómo no va a sentar bien?
Disciplina y rutina
Contar con una disciplina y una rutina marcadas puede servir de gran ayuda para las personas que sufran de desórdenes emocionales de cualquier tipo. En este sentido, pocos deportes se pueden encontrar más idóneos que el surf.
Por un lado, disciplina es lo primero que se necesita si uno quiere mejorar sobre una tabla. Pese a su aire de deporte hippie, el surf también tiene mucho de sufrimiento y esfuerzo para poder llegar a disfrutar de él. Además, qué mayor disciplina hay que la de encontrar un hueco para surfear a la hora que marquen las predicciones, sea ésta las seis de la mañana o las cinco de la tarde.
Camaradería
Aunque siempre existen excepciones, el surf, como disciplina, fomenta de forma muy importante la conexión entre personas. Frente al mar, con una tabla que da para poco más que para flotar, la ayuda mutua entre surferos es tremendamente importante. Y, quizás por ello, también lo son las relaciones que se crean entre gente que se ve una y otra vez en la misma playa, frente al mismo mar, día tras día. Ahí está la más importante del surf: la gente.
Dicen que las relaciones de amistad, la rutina, el salir de casa y la actividad física son claves para evitar o combatir las tanto malestares emocionales como enfermedades mentales. Dicho así, suena como que el surf también lo puede ser.