Art Surf Camp,
Los surfers nos enorgullecemos de tener un estilo de vida respetuoso con el medio ambiente, siempre que podemos participamos en limpiezas de playas, proyectos de conservación de los océanos, etc. Sin embargo, por mucho que nos duela oírlo el surf puede contribuir al cambio climático de una forma bastante considerable. La huella de carbono de un surfer es, de media, la friolera del 50% más grande que la de un ciudadano medio, según los investigadores.
Tobias Schultz, autor de ‘The Surfboard Cradle-to-Grave’ reveló que un surfista medio emite unas 10 toneladas de CO2 al año, tan sólo surfeando. A los surfers nos encanta recorrernos el mundo en busca de las mejores olas lo que unido a las resinas químicas de las tablas y algunos derivados del petróleo que componen los trajes de neopreno implica que, por lo general, nuestras emisiones de carbono sean altas.
Según el Dr. Neil Lazarow, científico sénior de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation de Australia «los surfistas tienen una mayor huella de carbono en comparación con la media por lo que me pregunto qué discurso moral pueden hacer con argumentos basados en la sostenibilidad?»
Surfear a nivel local puede ser una opción más ecológica para los que surfean de forma recreativa, sin embargo, para los surfistas profesionales, viajar por medio mundo para coger olas es su forma de ganarse la vida. Los vuelos de larga distancia pueden emitir hasta cinco toneladas de CO2 – que es aproximadamente la mitad de la huella de carbono anual de una persona media.
Pero volar no es tan malo cuando descubres que, incluso surfeando localmente, un surfer puede causar tanto daño al medio ambiente como lo hace mientras vuela. Esto es debido a que la producción de una simple tabla de surf puede implicar mayores emisiones de CO2 que un vuelo de cinco horas.
Las primeras tablas de surf estaban hechas de madera de secuoya o de cedro, cuando se rompían o eran demasiado viejas para usarlas se dejaban descomponer. Sin embargo, en la actualidad se fabrican tablas de surf de fibra de vidrio que son muy perjudicial para el medio ambiente, además los acabados de resina de las tablas contribuyen a la reducción de la capa de ozono. Según Rick Lomax de Surf Science, la producción de tablas de surf genera una media de 220.000 toneladas de CO2 al año. Lomax dice que un shortboard medio de resina de poliéster de 6’1 genera una huella de carbono de 181 Kg de CO2 mientras que un longboard epoxi de 9’1 genera 454 Kg de CO2, lo cual es generar una huella de carbono superior a la de un vuelo de Los Ángeles a Hawaii (alrededor de 340 Kg de CO2).
En el mundillo del surf se ha buscado un material más sostenible para las tablas, como por ejemplo han hecho un grupo de surfers de la Universidad de San Diego que han fabricado tablas de surf echas con espuma de algas. Incluso las grandes marcas, como Patagonia, están poniendo su granito de arena mediante el lanzamiento durante el 2016 de los primeros wetsuits sin neopreno.
El cuidado y respeto por el medio ambiente es algo que debe estar grabado a fuego en todos y cada uno de los surfistas, lo cual en Artsurfcamp sabemos perfectamente. Los surfistas seguiremos buscando las buenas condiciones meteorológicas, comprobando los swells y mirando las advertencias antes de lanzarnos al mar. Cada uno de nosotros depende del clima y del medio ambiente para practicar este deporte que tanto amamos.
Nuestra recomendación es que os informéis lo mejor posible acerca de las consecuencias perjudiciales que el surf puede tener en el medio ambiente si no se aplican hábitos más sostenibles. Surfea a nivel local siempre que puedas, incluso si las olas no son tan grandes como en otros lugares, antes de que el cambio climático ponga fin al deporte que nos fascina.