Art Surf Camp,
De todos los elementos que rodean al surf, uno de los elementos que nos suele resultar más curioso a la gente del mundillo es el de las series. ¿Por qué se crean? ¿Cómo se crean? ¿Qué es lo que define los intervalos de los sets? Pues bien, si no lo sabías, la respuesta principal es sencilla: el viento.
Las tormentas y el viento que éstas producen suelen ser la razón más importante a la hora de crear los swells, y algunos de los factores con más influencia sobre el tipo de olas son las ráfagas del viento y sus intervalos, así como su velocidad y su fuerza. Cuanto más constante sea el viento, más swell se creará, y cuanto más fuerte sea el viento, mayor energía tendrán estas olas. De las olas creadas en las tormentas, las más grandes suelen viajar en conjunto con otras olas, permitiéndoles así conservar su energía a través de largas distancias por el océano.
El viento, también, sigue siendo el principal factor a la hora de configurar el intervalo entre las olas de cada serie. Por ejemplo, si el viento que crea el swell no es lo suficientemente sostenido y consistente —fruto de un sistema de bajas presiones— las olas pueden ser muy grandes, pero el número de olas por set y su frecuencia será menor.
Si, por el contrario, el swell se genera bajo una fuerte presión, ya no es solo que las olas también puedan alcanzar un gran tamaño, sino que su constancia será mucho mayor, al igual que el número de olas que llegan por cada set.
El caso de Hawaii o México
Algunos de los spots más míticos de todo el mundo, como los de la costa pacífica de México o los de Hawaii, se generan con este tipo de tormentas que son capaces de generar swells de una consistencia increíble. Así, ráfagas de viento que lleguen a los 40 o 45 nudos en medio de una tormenta en alta mar (tal y como ocurre en estos lugares) son los principales generadores de las increíbles olas que podemos ver en Maui, en Puerto Escondido o en Acapulco.
Si a estas tormentas se le une un frente de presiones altas, el resultado es como el que ya comentamos anteriormente: un swell muy grande, de mucha consistencia y con un gran número de olas por set. En definitiva, una maravilla marítima.
Los otros factores: la longitud y el ancho de la tormenta, el destino y los fondos
Por supuesto, el viento no es el único elemento que configura los swells que llegan a la costa. De todos los otros elementos que configuran las olas que llegan a nuestras costas, el segundo en importancia es la longitud y el ancho de la zona donde se ha ubicado la tormenta.
Estas medidas, al combinarse con la consistencia, velocidad y potencia del viento, determinan también en gran medida el número de olas y sus intervalos. Cuanto más ancha sea la tormenta y más consistente sea el viento, más largas y estables serán las olas de los sets.
Luego, claro, también importa mucho el lugar en el que se genere la tormenta. Y es que, si ésta se crea a pocos kilómetros de Galicia, por poner un ejemplo, la potencia de las olas que lleguen a la costa gallega será enorme. En cambio, cuanto más nos alejemos de la zona en la que se ha creado, menor será su fuerza. Digamos que, en la costa francesa, el impacto de esta misma tormenta sería mucho menor y habría un descenso notorio tanto del tamaño de las olas como del número de olas por set.
Por último, otro dato que hay que tener en cuenta para interpretar el impacto de las olas es la batimetría y la composición de los fondos marinos de cada spot. Un fondo propicio dotará de todavía más energía a los sets gracias a la refracción, creando todavía más olas por serie, y viceversa: si la batimetría no acompaña, las olas perderán fuerza antes de llegar a la costa.
Así pues, y aunque el viento es el parámetro principal, son muchas las cosas para tener en cuenta para medir el impacto de un swell sobre una determinada zona de la costa. Eso sí, si ves que se acerca a tu zona una tormenta muy ancha, con ráfagas de viento constantes y muy potentes y rodeada de altas presiones, ten claro que puedes apostar a que muchas y muy buenas olas están de camino hacia ti.