Art Surf Camp,
A principios de la semana pasada me desperté con un codo ligeramente hinchado, no parecía gran cosa por lo que pensé que algo me había picado (encontré más de una araña en mi cama) o que me había golpeado con algo. Descarté la Bursitis, o Codo de Estudiante, preocupación que rondaba mi cabeza cuando era más joven y hacía skate. Sin embargo al cabo de unas tres horas era obvio que algo iba mal.
A medida que mi brazo continuaba hinchándose la fiebre empezó a golpearme como un camión, al final del día tenía casi 40º de fiebre. Vomitaba y temblaba y mi codo continuaba hinchándose hasta parecerse más a un balón de fútbol que a un codo. Dos días más tarde y después de un pico de temperatura de casi 42º y de las alucinaciones nocturnas más extrañas de toda mi vida acudí al médico, el cual me recetó unos antibióticos e inyecciones, estaba en proceso de recuperación y superando una de las semanas más raras de mi vida. ¡Las infecciones no molan nada!
Por supuesto, todo esto ocurrió durante un día bastante decente de surfing por lo que lo más probable es que cogiera la infección en el agua. Seguramente un pequeño corte en el codo permitió que entrara alguna bacteria que decidió hacer de mi cuerpo su lugar de residencia Durante mis momentos semi-lucidez solo pensaba en recuperarme para volver a disfrutar del mar y del surf. Todavía sigo sin surfear ya que aún estoy un poco jodido pero todo esto me ha hecho recapacitar: surfeo casi todos los días y ahora estoy en casa solo, triste e irritable… y, sinceramente, es debido a que llevo un tiempo sin surfear. El surf hace mi vida mejor, ¡mucho mejor! He aquí 3 razones que lo demuestran.
Desconectar
Antes de pasarme días frente a una pantalla me dedicaba a la jardinería, pasaba días subido a los árboles, podando a la altura de las líneas eléctricas. Trabajaba 10 horas y me desplomaba en la cama de mi habitación después de comer una hamburguesa y beberme unas cervezas. Estaba cansado físicamente y desgastado por completo, sin embargo nuca me sentía inquieto. Mi cerebro nunca se sentía como que iba demasiado rápido. Ahora que paso el día mirando una pantalla sí me siento inquieto y agotado y mi vía de escape es el surf. El surf sirve para dos propósitos (entre muchos otros): no puedes mirar a una pantalla y estás haciendo ejercicio, dos cosas indispensables para sentirse bien y ser feliz.
El simple hecho de estar flotando
Flotar sienta GENIAL. Muy a menudo el surf es simplemente considerado como el acto de cabalgar una ola, sin embargo es mucho más que eso. Es flotar, esperar, observar, estar en silencio i pasar tiempo contigo mismo en vez de en internet. Estos momentos son la hostia si no estás únicamente concentrado en coger olas. Esperar puede ser gratificante y satisfactorio y puede resetear tu cerebro como pocas cosas en esta vida pueden hacerlo.
Mejora la concentración
Tal y como están las cosas hoy en día es muy probable que tengas que pasar una gran cantidad de tiempo en internet. Navegamos de una página web a otra en una especia de bucle infinito y desperdiciamos horas en cosas que, a la larga, son completamente inútiles. Es casi imposible concentrarnos en una sola cosa, por el contrario el surf nos obliga a centrarnos creando una especia de embudo para nuestros pensamientos que evita nuestro cerebro se distraiga y mejora nuestra capacidad de concentración en nuestro día a día. Ésta mejora de nuestra capacidad de concentración nos ahorrará tiempo en cosas que nos interesa hacer y nos dará tiempo para que realmente nos interesa hacer.